Homenaje al otoño
Me permitiréis la reflexión pero creo que el otoño está injustamente valorado.
El pobre tiene como antecesoras a:
La primavera: Oh las flores con sus colores, la estación de los enamorados, de las “rebequillas”, la de tomar una cervecita en una terraza disfrutando de los primeros rayos de sol.
El verano: Sol, vacaciones, helados, despertarse sin despertador, siestas, fiestuquis al aire libre, playa, excursiones en la montaña. En fin, que en verano “tota cuca viu”
Y como predecesor tiene al:
Invierno: Las Navidades con sus luces, las tiendas haciendo un despliegue de aparadores, sonrisas, ofertas, artículos maravillosos… Escapadas para ir a esquiar, comidas más calóricas para poder soportar el frío (excusa para poderlos comer, evidentemente). Rebajas y nuestras mentes empiezan a planificar las vacaciones de verano…
Total, que el pobre otoño se queda en medio, mientras la gente se despide del buen tiempo con una cierta nostalgia intentando que nos fijemos en sus cambios de colores, con sus amarillos, anaranjados, rojos, verdes oscuros, marrones.
No se le agradece que por fin los aires acondicionados dejan de estar conectados, y que esa mantita, que incorporamos a nuestra cama, nos protege de las frescas noches y nos permite dormir como si nos acunaran.
Estimado otoño, tú también tienes tu encanto ¡faltaría más!