48 horas sin móvil
¿Os lo habéis planteado alguna vez?, yo ni en mis peores sueños, pero……
De repente te encuentras camino de una estación de tren para volver a tu casa, cansada, en domingo y sabiendo que tienes más de 5 horas por delante de viaje y en ese momento te das cuenta de que te has olvidado el móvil…. Sabes dónde está, recuerdas perfectamente donde lo dejaste y esa vocecita que te decía, ponlo en la maleta y a la que no hiciste caso. No puedes volver a por él porqué perderás el tren y aguantas el tipo con cara de indiferencia, mintiendo a tu acompañante con gran entereza “no te preocupes”, le dices, “me lo envías mañana por mensajero” en tu interior gritas de rabia, pero tus labios comentan “Incluso me apetece estar un par de días sin móvil”. Sigues la pantomima llamando a casa desde el móvil que te ceden por unos momentos y comunicas que te incomunicas durante más de 5 horas y lloras por dentro.

Set of smileys
Suerte que tenía un libro electrónico con batería que me ayudó a que el viaje fuera llevadero pero veía a la gente con sus terminales y la envidia me podía. Para rematar el tema hubo más de una hora de retraso de la que obviamente no pude avisar. Llegué a casa con una sensación de desamparo que me hizo pensar que dependo demasiado de mi móvil.
Llegado a este punto de la historia, y aunque no lo parezca, puedo asegurar que la experiencia no fue tan terrible. Incluso voy a reconocer que agradecí estar 48 horas sin móvil porqué vivo demasiado pendiente de mi teléfono y quizás tenga que acostúmbrame a “olvidarlo” más a menudo, pero de forma voluntaria.